domingo, 29 de mayo de 2016

Generación del 27- Dámaso Alonso: Monstruos (1944)

A lo largo de este curso, en clase de lengua, hemos estado viendo algunas generaciones literarias. Al estudiar autores de la Generación del 27, tales como Jorge Guillén, Pedro Salinas y Dámaso Alonso, nuestra profesora ha repartido los autores que forman parte de esta generación entre nuestra clase, y ha querido que los trabajemos  haciendo un breve análisis de un poema del autor que nos haya tocado. Este es uno de los ejemplos de lo que hemos hecho:


Todos los días rezo esta oración
al levantarme:
Oh Dios,
no me atormentes más.
Dime qué significan
estos espantos que me rodean.
Cercado estoy de monstruos
que mudamente me preguntan,
igual, igual, que yo les interrogo a ellos.
Que tal vez te preguntan,
lo mismo que yo en vano perturbo
el silencio de tu invariable noche
con mi desgarradora interrogación.
Bajo la penumbra de las estrellas
y bajo la terrible tiniebla de la luz solar,
me acechan ojos enemigos,
formas grotescas que me vigilan,
colores hirientes lazos me están tendiendo:
¡son monstruos,
estoy cercado de monstruos!
No me devoran.
Devoran mi reposo anhelado,
me hacen ser una angustia que se desarrolla a sí misma,
me hacen hombre,
monstruo entre monstruos.
No, ninguno tan horrible
como este Dámaso frenético,
como este amarillo ciempiés que hacia ti clama con todos sus tentáculos enloquecidos,como esta bestia inmediata
transfundida en una angustia fluyente;
no, ninguno tan monstruoso
como esa alimaña que brama hacia ti,
como esa desgarrada incógnita
que ahora te increpa con gemidos articulados,
que ahora te dice:
«Oh Dios,
no me atormentes más,
dime qué significan
estos monstruos que me rodean
y este espanto íntimo que hacia ti gime en la noche.»
                                                        Dámaso Alonso, Monstruos (1944)
      El poema Monstruos forma parte del famoso libro Hijos de la ira. Esta obra de Dámaso Alonso, a la vez que Sombra del paraíso de Vicente Aleixandre, fue publicado en el año 1944, siendo un auténtico revulsivo. A partir de esta fecha, ambos libros hacen surgir la “poesía desarraigada”: una poesía existencial, que representa la angustia del hombre por el tiempo y la muerte en aquellos tiempos de represión, injusticias, hambre y parálisis social.
       “Yo escribí Hijos de la ira lleno de asco ante la estéril injusticia del mundo y la total desilusión de ser hombre”. Las propias palabras de Dámaso Alonso reflejan lo que él escribió en este poema: vive en un mundo lleno de maldad, en el cual le acechan monstruos. Se puede apreciar un aspecto religioso, pero un tanto problemático y difícil. Se podría decir que Dámaso Alonso intenta representar a la humanidad: el hombre se convierte en bestia monstruosa en su caída en el mal, pero al mismo tiempo se "rebela"  y pide explicaciones a Dios por ese mismo mal y el sufrimiento que provoca.
     Aunque se dice que, frente al formalismo del verso clásico y el lenguaje cuidado y poético de la poesía dominante en aquel momento, Hijos de la ira está escrito con un estilo y lenguaje sencillo y cotidiano, con una "expresión desoladora y amarga de la realidad",  mi opinión es que este poema en particular no tiene un lenguaje tan cotidiano y sencillo, y que uno necesitaría estudiar a Dámaso Alonso para poder sacar el mensaje adecuado que sus textos esconden.
     Esta oración matutina que Dámaso comparte con nosotros, nos muestra toda esa angustia dentro de él, esos deseos de vociferar y gemir al cielo ante el mundo rebosante de caos y de injusticia que nace de ellos, los hombres.
                                                                                               Santiago Gallego
Si quereis aprender más sobre la Generación del 27 os recomiendo antologiapoetica27.wordpress.com

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