Otra vez he vuelto ha descubrir nuevos trabajos de clase que estaban olvidados. Este texto se trabajó seguramente en clase junto con la profesora hace dos años para que más tarde pudiésemos escribir con mayor fluidez, al tener ya en la cabeza el proceso que conlleva la escritura. Espero que os sea útil.
LA
ESCRITURA COMO PROCESO
Desde hace tiempo se ha
demostrado que la escritura es un proceso, sencillo para algunos pero laborioso
para otros. Se dice que para conseguir un buen escrito es necesario seguir 5
pautas: primero la planificación, luego el borrador, la revisión y la redacción,
y por último, la edición o publicación. En estas se sitúan 6 rasgos
fundamentales: las ideas, la organización, el vocabulario, la voz, las normas y
la presentación.
En la planificación hay que
hacer una generación de ideas que te puedan parecer interesantes. Estas serán más tarde compartidas con un
grupo de crítica que te dará consejos y comentarios que te ayudaran a lo largo
de la elaboración del texto, y a poder escoger el tema sobre el que se va a
hablar en el texto. Este tema o argumento se tiene que ajustar a la finalidad
del texto y también debe conectar unas ideas principales para que tengan un
orden concreto y estén claras. También deberían incluirse ideas secundarias y
detalles que soporten información y enriquezcan el texto, creando imágenes en
la mente del lector.
El texto debe tener una
estructura y un orden específico para que este bien organizado, siempre
teniendo en cuenta a que público va dirigido, que finalidad tiene, y que léxico
es el más apropiado y conveniente para el lector. Aparte de que los párrafos
tienen que estar relacionados y conectados entre ellos, la introducción tiene
que ser convincente, al igual que la conclusión, que tiene que captar la
atención del lector.
Un buen escrito siempre tiene que
tener fluidez y debe “sonar” bien cuando se lee. Dependiendo de si el texto es
expositivo o argumentativo, será más conveniente usar oraciones cortas y
simples, o largas y compuestas. El vocabulario preciso y el tono adecuado
también ayuda a mejorarlo. Todo esto debe tenerse en cuenta en los pasos del
borrador, de la revisión y de la redacción. Al final del todo, llega la edición
o publicación, en la cual están los rasgos de las normas gramaticales y
ortográficas, y la presentación y apariencia del escrito.
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