miércoles, 19 de octubre de 2016

Reflexión de Continuidad de los parques.

A medida que avanza el curso de literatura, nuestra profesora nos ha mandado hacer una reflexión sobre un cuento de Julio Cortázar: "Continuidad de los parques." Tras investigar en Internet sobre Julio Cortázar y su pequeño relato el día antes de la prueba, he conseguido escribir a duras penas una reflexión que de alguna manera, aborda la mayor cantidad de temas e ideas posibles. Seguramente os deis cuenta de que algunas cosas han sido sacadas de Internet; si por alguna razón queréis informaros sobre las páginas web que he consultado, siempre podéis contactar conmigo.  

Continuidad de los parques. 
-Julio Cortázar-

         Había empezado a leer la novela unos días antes. La abandonó por negocios urgentes, volvió a abrirla cuando regresaba en tren a la finca; se dejaba interesar lentamente por la trama, por el dibujo de los personajes. Esa tarde, después de escribir una carta a su apoderado y discutir con el mayordomo una cuestión de aparcerías, volvió al libro en la tranquilidad del estudio que miraba hacia el parque de los robles. Arrellanado en su sillón favorito, de espaldas a la puerta que lo hubiera molestado como una irritante posibilidad de intrusiones, dejó que su mano izquierda acariciara una y otra vez el terciopelo verde y se puso a leer los últimos capítulos. Su memoria retenía sin esfuerzo los nombres y las imágenes de los protagonistas; la ilusión novelesca lo ganó casi en seguida. Gozaba del placer casi perverso de irse desgajando línea a línea de lo que lo rodeaba, y sentir a la vez que su cabeza descansaba cómodamente en el terciopelo del alto respaldo, que los cigarrillos seguían al alcance de la mano, que más allá de los ventanales danzaba el aire del atardecer bajo los robles. Palabra a palabra, absorbido por la sórdida disyuntiva de los héroes, dejándose ir hacia las imágenes que se concertaban y adquirían color y movimiento, fue testigo del último encuentro en la cabaña del monte. Primero entraba la mujer, recelosa; ahora llegaba el amante, lastimada la cara por el chicotazo de una rama. Admirablemente restañaba ella la sangre con sus besos, pero él rechazaba las caricias, no había venido para repetir las ceremonias de una pasión secreta, protegida por un mundo de hojas secas y senderos furtivos. El puñal se entibiaba contra su pecho, y debajo latía la libertad agazapada. Un diálogo anhelante corría por las páginas como un arroyo de serpientes, y se sentía que todo estaba decidido desde siempre. Hasta esas caricias que enredaban el cuerpo del amante como queriendo retenerlo y disuadirlo, dibujaban abominablemente la figura de otro cuerpo que era necesario destruir. Nada había sido olvidado: coartadas, azares, posibles errores. A partir de esa hora cada instante tenía su empleo minuciosamente atribuido. El doble repaso despiadado se interrumpía apenas para que una mano acariciara una mejilla. Empezaba a anochecer.

      Sin mirarse ya, atados rígidamente a la tarea que los esperaba, se separaron en la puerta de la cabaña. Ella debía seguir por la senda que iba al norte. Desde la senda opuesta él se volvió un instante para verla correr con el pelo suelto. Corrió a su vez, parapetándose en los árboles y los setos, hasta distinguir en la bruma malva del crepúsculo la alameda que llevaba a la casa. Los perros no debían ladrar, y no ladraron. El mayordomo no estaría a esa hora, y no estaba. Subió los tres peldaños del porche y entró. Desde la sangre galopando en sus oídos le llegaban las palabras de la mujer: primero una sala azul, después una galería, una escalera alfombrada. En lo alto, dos puertas. Nadie en la primera habitación, nadie en la segunda. La puerta del salón, y entonces el puñal en la mano, la luz de los ventanales, el alto respaldo de un sillón de terciopelo verde, la cabeza del hombre en el sillón leyendo una novela.
Fin



Reflexión: 

      Este texto, perteneciente a Julio Cortázar, es una muestra clara de como los contenidos de su obra transitan entre lo real y lo fantástico. Ha sido emparentado con Borges como inteligentísimo cultivador del cuento fantástico, siendo uno de los autores más innovadores y originales de su tiempo. Este gran autor ha sido a menudo puesto en relación con el realismo mágico e incluso con el surrealismo. 

     Este cuento, el cual ha sido el relato más breve que ha escrito, está dividido en tres partes. El propio título nos explica de manera sintetizada este hecho: "La continuidad de los parques". En este caso la palabra "parques", hace referencia a unos planos o pasos en los que Cortázar divide esta pequeña obra: el primero se refiere a cuando el lector (personaje del cuento), se evade de la realidad (sus negocios), y se adentra en la lectura de un libro. El segundo paso comienza cuando el personaje comienza a leer el libro, seguido por el tercero, en el que el entorno en el cual transcurre la propia novela se describe. El final, en mi opinión, es una "joya literaria" de Cortázar: es una manera única y brillante de juntar ambas realidades, la del cuento, y la de la novela que el personaje ficticio está leyendo.

    Más aún, el texto propio tiene un léxico que hace que el lector sienta diversas emociones y sentimientos: los actos del lector ficticio son descritos con palabras como "descansar", "sillón" o "arrellenado", las cuales te transmiten un sentimiento de pasividad. Al contrario, la realidad y las acciones de los amantes son representados al lector con palabras como "sangre", "besos" y "puñal" describiendo y transmitiendo así al lector un grave contraste con lo anterior, recreando en ti una situación tensa. Un dato interesante que he encontrado investigando en Internet, y con el cual coincido, es el hecho de que Cortázar, en el comienzo de este cuento, convierte a ambos lectores como personas inocentes, mientras que llegando al final, los hace culpables: el lector ficticio por convertirse ne víctima, y el lector real por imaginar y recrear la muerte del personaje.

    En conclusión, la manera en la que este particular autor ahonda en lo fantástico, sin abandonar del todo el referente de la realidad cotidiana, como harían otros autores, hace que su literatura sea nueva para mí, enseñándome con esto "la abismal complejidad de lo real". En sí, este cuento me ha gustado por la forma en que "constituye un incesante planteamiento de la razón, y de los esquemas convencionales del pensamiento", partiendo de un cuestionamiento vital, cercano a las dimensiones existenciales del hombre caracterizada por una búsqueda de la autenticidad, y más profundamente, del hondo y gran sentido de la vida. 

Santiago Gallego
17/10/2016



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