Volviendo a investigar entre mis archivos, descubro viejos trabajos escritos en las clases de lengua. Este es el texto que escribí respondiendo como mejor pude a la pregunta de si la novela de Ray Bradbury, Fahrenheit 451, es una prediccioón del futuro. Espero que os guste; y los comentarios son siempre bienvenidos.
Hace poco tiempo, antes de pasar a
la otra vida, Ray Bradbury nos confesó que escribió esta obra literaria “no
como una predicción, sino como una advertencia, en ocasiones demasiado
insistentes”. Fahrenheit 451 es una historia utópica ambientada en el futuro,
uno que tal vez está por llegar… ¿O acaso ya lo estamos viviendo?
Se dice que la novela fue una
reacción y respuesta a lo que en ese momento ocurría. Todo empezó cuando Hitler
hizo una gran pira alimentada de libros en 1934, con los cerilleros y yesqueros
de Stalin, e incluso con la caza de brujas en Salem en 1680 en la que su diez
veces tatarabuela casi fue incinerada. Pero también hay que tener en cuenta que
en aquellos momentos, después de las dura Segunda Guerra Mundial, América creció a gran escala en la industria; a lo que siguió
un alto consumismo por parte de la población. Por ejemplos los televisores:
aquellos aparatos fueron invadiendo poco a poco el país hasta casi ocupar un
sitio en la casa de la mayoría de la gente. Hubo excepciones, y entre ellas
está Ray Bradbury, quien prefirió una buena biblioteca llena de sus libros
preferidos antes que un cacharro electrónico hipnotizador (que se sepa, no hubo
en su casa un solo aparato electrónico).
Hay múltiples “predicciones” que se
podrían sacar de la novela, por ejemplo la de Beatty, el Bombero Jefe, que
advirtió que había una “posibilidad de quemar libros sin cerillas ni fuego.
Porque no hace falta quemar libros si el mundo empieza a llenarse de gente que
no lee, que no aprende, que no sabe.” Esto se podría relacionar con el hecho de
como el inmenso avance tecnológico que hay hoy en día ha ayudado y contribuido
al hecho de que haya personas que no lean, ni aprendan ni sepan. No hace falta
irse lejos para darse cuenta de que esto es verdad: personas que aunque piensan
que saben controlarse, por ejemplo con su móvil, en realidad no saben que
dependen de él y que es el aparato celular su dueño. Otras predicciones que en
mi opinión son acertadas, es cuando Beatty va a casa de Montag y le explica
como el mundo ha llegado a semejante destino: “Se abreviaron los años de
estudio, se relajó la disciplina, se dejó de lado la historia, la filosofía y
el lenguaje.” También cuando está en el tren y escucha sin para el anuncio del
Dentífrico Denham: al igual que ahora, somos bombardeados por una incesante
tormenta de anuncios y de noticias que te acaban comiéndote la cabeza y
haciéndote pensar en lo que “ellos” quieren que pienses.
No hay que olvidar las pastillas
tranquilizantes, las paredes TV de Mildred y su audífono, que la han aislado
tanto del mundo, que ya no es ella misma sino una persona diferente. Este siglo
en el que vivimos tampoco se aleja tanto de futuro presentado por Ray Bradbury:
hay miles de personas que han sido hospitalizadas o que han llegado incluso a
morir, por el mero hecho de deprimirse y tomarse el bote entero de pastillas.
Al mismo tiempo están las paredes y el audífono que en todo momento Mildred
tiene a mano. A parte de que se cierra a si misma al mundo entero y de que solo
se socializa con un reducido grupo de personas, la mayoría de ellas su familia
(siempre a través de frías paredes), es un claro ejemplo de la vida que se
puede llegar a tener si uno vive en esas condiciones.
Hay una escena en concreto que me pareció
interesante, y es en el momento en el que Montag lee a su mujer y a sus dos
amigas La bahía de Dover: “La señora
Phelps estaba llorando. Las otras, en medio del desierto, miraban como lloraba,
cada vez más alto, y cómo la cara se le arrugaba y descomponía. La miraban, sin
tocarlas, confusas ante la escena. La mujer sollozaba sin poderse dominar.
Montag mismo se sentía aturdido, y débil.” Aunque aquí Ray Bradbury parece
reflejar el hecho de que hay textos que aparte de conmoverte, representan la
realidad de alguna forma que llegan a ti de un modo repentino, impactándote
profundamente, más adelante le da la vuelta a esta idea:” Siempre lo he dicho,
poesía y lágrimas, poesía y suicidios y llantos y sentimientos horribles,
poesía y enfermedades (…) ¿Por qué hay gente que desea hacer daño a la gente?
Como si no hubiese bastante mal en el mundo, ¡tienen que atormentar a la gente
con cosas como estas!” Aquí el autor nos enseña como un poema ahora es acusado
injustamente de todos los males en el mundo, como si fuese “un arma de fuego
cargada” capaz de hacer daño a personas.
La escena continua con una “advertencia” e incluso predicción del narrador:
la búsqueda de una felicidad inmediata, a veces para evadirse de la realidad. Hoy
en día las personas se ven incapaces de encontrar con facilidad una manera
rápida de ser feliz, teniendo que recurrir a las drogas, al sexo, a las
bebidas, etc.
Aunque
es verdad que en algunas cosas no se equivoca, hay algunas que lleva al extremo
y en las que es demasiado insistente: el Sabueso, el campamento de vagabundos y
su resistencia, los propios bomberos… Aunque en mi opinión es una buena forma
de crear una especie de sensación de angustia en el lector para poder “entrar”
en él, y enseñarle como acabaríamos siendo, nosotros y el mundo en sí, si no
cambiamos nuestra manera de vivir.
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