jueves, 25 de febrero de 2016

Anhelos...

Mi alma suspira,
cuando esas miradas recuerdo,
aquellas que me colmaban
de tanta paz y amor.
 
Como un niño anhelo
esos pasados días,
en los que en mi regazo dormías.
 
Ahora que te has ido,
recuerdo tus caricias
como si fuesen las de un ángel.
 
Todas aquellas,
esas conversaciones que tuvimos,
grabadas a fuego,
están en mi corazón. 

Ni mis ardientes lágrimas,
abrasando mis mejillas,
se podrían comparar,
con el dolor que me causaste al marchar.

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