sábado, 11 de junio de 2016

Engendros

Estoy cercado de una manada,
de una manda de sanguinarios y traidores.
Me acecha una jauría, 
una jauría que me amenaza con sus mentiras.
Son monstruos inmortales, 
monstruos que se desvanecen como sombras.

Sus dentelladas te despedazan, 
te mutilan sus garras.
Son sus palabras las que te descuartizan,
las que dejan cicatrices más profundas
que el abismo en el que habito.

Son seres grotescos y asquerosos
los que trepan por tu espalda, 
para hincarte y clavarte en la garganta
tenazas que inyectan un veneno letal que con el tiempo, 
corroe como el cáncer ambos el alma y el corazón. 

Plagas que pululan y habitan por todo el mundo, 
uno que esta sembrado por sus males y atrocidades.
Solo queda esconder la cabeza y llorar...
o intentar levantarse y seguir caminando. 

2 comentarios:

  1. Escribes bastante bien para ser un chaval de 16 años, me he leído tu blog entero y me ha encantado. Deberías seguir con esto, ya que se te da muy bien y incitas a los niños de tu edad a hacer esto de alguna manera.

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    1. Estoy de acuerdo con usted, Sr. Madero. ¡Sigue así Santiago Gallego Beltrán!

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